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| Valencia |
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IGLESIA
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| Las campanas del Micalet ya no suenan de noche
para evitar molestias a los vecinos |
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La Catedral adoptó la decisión hace más de
un año tras recibir algunas quejas
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mudas de noche. Las campanas
de la Seo de Valencia, en una toma desde el
interior.
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| A. G., Valencia
La
campana del Micalet que da las horas (y que da nombre a la torre)
hace más de un año que dejó de sonar a partir de la medianoche y
hasta las ocho de la mañana. La decisión la adoptó la Catedral de
Valencia después de recibir algunas protestas de vecinos, a los que
incomodaba el toque de las horas durante las noches, explicaron ayer
fuentes del cabildo catedralicio.
La situación ha pasado
curiosamente en silencio durante este tiempo, hasta que uno de los
principales estudiosos sobre este patrimonio, Francesc Llop, ha
decidido darla a conocer con el objetivo de que la opinión pública
pueda pronunciarse sobre este hecho, que no ocurre en otras ciudades
de España y Europa. En un artículo en estas mismas páginas, el
campanero y antropólogo defiende que, como mínimo, el Micalet
debería dar las horas sin interrupción, de día y de noche. Su
sonido, justifica, es «como el batido del corazón de la ciudad» y su
silencio nocturno «muestra una ciudad muerta».
En esta línea,
Llop, que es presidente de la Associació de Campaners y tiene el
encargo del Ministerio de Cultura de elaborar un inventario de las
campanas de las catedrales de España, argumenta que el Micalet lleva
siglos dando las horas y que los decibelios que genera el ruido de
un automóvil pueden ser superiores a los tradicionales tañidos. «A
algunos les molestará, pero también el edificio de la Catedral puede
molestar a alguien. La pregunta es si el patrimonio es molesto»,
explica el experto.
En concreto, el silencio nocturno de la
famosa torre se decidió en julio de 2005. Hasta ese momento, las
campanas más antiguas de la ciudad sonaban cada hora. Los cuartos ya
dejaron antes de marcarlos durante la noche. De acuerdo con las
fuentes consultadas de la Catedral, los dispositivos informáticos
permiten la programación de los toques, por lo que se atendió la
petición de algunos vecinos y se decidió no incomodar a aquellos que
están más cerca en la medida de lo posible.
El ayuntamiento
también debería haber participado en la decisión, ya que el reloj de
la torre es de su propiedad y también es quien subvenciona a los
Campaners de la Catedral.
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